¿Has oído hablar del BDSM? Aunque para algunas personas pueda sonar algo exótico, se trata de una de las prácticas sexuales más populares en todo el mundo. Las siglas son muy reveladoras para saber en qué consiste, pues atienden a B: bondage D: dominación S: sumisión y sadismo M: masoquismo.
Aunque suene impactante, lo cierto es que una gran cantidad de personas lo practican a muchos niveles, creando simplemente un ambiente excitante para dar algo de emoción a sus encuentros íntimos y valiéndose de diferentes objetos o prendas de ropa para conseguir que el deseo se dispare a efectos visuales.
Entre todas las opciones que encontrarás para acercarte a este interesante ritual erótico destaca el collar sado o collar BDSM. Pero, ¿sabes realmente qué es y para qué se emplea? A continuación, te abrimos un nuevo mundo de fantasía de la mano de este accesorio.
Los collares BDSM se pueden emplear en un gran número de prácticas y también sirven para hacer realidad tus propias fantasías, ¡solo tendrás que dejar volar tu imaginación! Para que puedas inspirarte, te mostramos sus principales usos.
En las prácticas de dominación se adquieren roles de dominante y sumiso previamente pactados por los participantes. Esto se puede ver como un juego de roles en el que alguien lleva la batuta y el otro simplemente se limita a hacer realidad todos sus deseos. Si ambos estáis de acuerdo, la experiencia puede ser muy divertida y excitante.
Para poner a tono este juego repleto de picardía, se pueden emplear diferentes prendas con estética de látex o cuero, elementos como los látigos y también los collares BDSM de los que hablamos. Todo os ayudará a crear el ambiente ideal.
El spanking es una práctica muy asociada a todo el ambiente BDSM, ¡aunque también es interesante fuera de él! Se trata de dar o recibir pequeños azotes en el contexto de la actividad sexual y es algo que excita a una cantidad inimaginable de personas, ¿no lo has probado todavía?
Para emplear esta técnica las parejas se sirven de diferentes fantasías o roles, incluso puede formar parte de la dominación. También se emplean objetos con los que poder dar esos azotes y otros atuendos, ¡como los collares sado! Lo más importante en este caso es evitar los golpes que sean demasiado violentos y fijarse bien en la reacción de la pareja para permanecer conectados.
El sadomasoquismo es lo que engloba a todas las prácticas anteriores y alguna más, y se genera en función de las fantasías de cada pareja, sus gustos o necesidades sexuales. Por ello, es importante llegar a acuerdos conjuntos antes de practicarlo y decidir hasta dónde se quiere llegar o qué roles se quieren tomar. Una vez decidido, solo hay que pasar a la acción.
En esta práctica podemos abrirnos a muchas posibilidades y accesorios, de hecho, es posible comprar kits sado que vienen con cantidad de atuendos, complementos, esposas, collares sado… Vamos, que no te faltará diversión.
Otro de los usos del collar BDSM es el bondage, que atiende a la primera letra de estas siglas. Si todavía no has averiguado hasta qué nivel te atraen este tipo de prácticas sexuales, lo cierto es que el bondage es una buena forma de empezar a ponerse al día, pues se emplea incluso en el campo estético o artístico, ¡es todo un mundo!
Se trata del uso de determinados accesorios en la práctica de relaciones sexuales, todos ellos asociados con la dominación. Una de las experiencias más habituales es la de atar a una de las personas con pañuelos o esposas, y vestirse acorde a la ocasión. En esta forma de entender la intimidad se pueden explorar muy bien los gustos particulares y la creatividad de la pareja para encontrar diferentes usos a los accesorios, ¡puede ser un excelente ejercicio de experimentación común de lo más excitante!
En el ámbito de la fotografía erótica, ¡y también artística! Es común emplear atuendos que pertenecen al BDSM por su potencial estético. Estos se emplean en un gran número de sesiones fotográficas de todo tipo, por el simbolismo que representan y también por el impacto visual que son capaces de generar.
Hay una sorprendente cantidad de profesionales de la fotografía y modelos interesados en experimentar con este tipo de objetos, y el collar es curiosamente uno de los elementos estrella durante estas sesiones.
Un collar con correa BDSM también puede ser un elemento meramente ornamental en el contexto íntimo. El sexo es en muchas ocasiones una cuestión visual y hay muchas personas que se excitan con diferentes disfraces, atuendos, empleando picardías, uniformes y otros elementos que generen una fantasía en la que solo interviene el ojo espectador y en la que el sexo es “el de siempre” pero con el ingrediente estético potenciado.
Tampoco falta imaginación en estos casos, ya que se puede emplear durante los encuentros íntimos, pero también para ir calentando motores, por ejemplo, emplear este elemento para hacer una fotografía sexy y enviarla a la pareja, ¿te animas a averiguar cuál será su placentera reacción?
A la hora de escoger un collar para correa sado o de cualquier otro tipo, es importante pensar en el tamaño del cuello de la persona que lo usará, ya que hay diferentes tallas, y es importante pensar en la comodidad de los participantes. A partir de ahí, te encontrarás con una amplia gama de ellos entre los que hacer tu elección.
El collar simple solo es una banda de cuero o similar que se puede ajustar al cuello con facilidad y regular según el tamaño, además, contiene un aro en el medio dispuesto para poner una correa en él. Los collares sado son los elementos más fundamentales y son una excelente opción para empezar y experimentar cuáles son las primeras sensaciones con este objeto.
El collar de consideración es mucho más discreto que el clásico accesorio de BDSM e incluso se comercializa como una simple cadena o correa. Este permite ser colocado en el cuello o también en otras zonas como el brazo, ya que es ajustable como una pulsera.
Se trata de otro collar sado que destaca por su sencillez y tiene un estilo muy similar al collar simple del que hablamos anteriormente. El elemento suele ser de piel, con un color totalmente negro y con una anilla en el centro.
El collar de esclavo tiene pocas cualidades en común, ya que lo habitual es diseñarlo a medida y al gusto de cada persona. Suele tener elementos similares a la joyería y puede confundirse con un complemento más.
Los collares bondage significan, en el aspecto más general, la relación de sumisión y dominación que se crea entre dos personas. La persona que lleva el collar puesto da a entender que lleva el sol de sumisa y porta un aro que está dispuesto para que el dominante pueda colocarle una correa, se use o no.
Sin embargo, el camino por el que pasan las parejas que se adentran en el BDSM puede ser largo y apasionante, por lo que cada collar que se escoge tiene su propio significado en el proceso de consagración de los roles.
El collar simple es de uso generalizado y simplemente simboliza la sumisión asociada a este accesorio. Es uno de los más comunes y, como bien mencionamos anteriormente, un buen complemento para empezar, sin más connotaciones.
El collar de consideración va a formalizar un pacto entre la pareja que practica el bondage y es un símbolo de acuerdo entre ambos. Se trata de la materialización de que una relación pasa a ser de iguales a sumiso y dominante, siendo el sumiso el que se coloca el collar como distintivo. Cuando se coloca este accesorio, se adquiere un compromiso entre ambos.
Con la llegada de este tipo de collar sado la pareja se adentra en un proceso en el cual ambos se van a preparar para una nueva vida marcada por la dominación y la sumisión. Significa que van a empezar consensuadamente a entrenar sus roles, van a marcar las pautas y van a crear sus propias jerarquías.
Lo habitual es que este collar sea utilizado en las parejas que están consolidadas y que deciden adoptar esta mecánica a largo plazo, pues este entrenamiento va a llevar un tiempo y no tiene cabida en las relaciones que son esporádicas.
El collar de esclavo es al BDSM lo mismo que el anillo de compromiso para los amantes. Se trata de una manera de formalizar la relación y confirmar que el sumiso tiene oficialmente un dueño al que será leal en todo momento. Hemos mencionado que son atuendos con un gran parecido a la joyería convencional, y es porque este se suele poner de manera permanente y no se limita a los momentos en los que hay encuentros sexuales.
Los materiales de los collares bondage pueden ser variados, aunque todos atienden a una estética común. La principal materia prima que se emplea es la piel de color negro y, a mayores, el metal (del tipo que sea) para el aro que se sitúa en la parte central o los abalorios decorativos que tenga a su alrededor.
Sin embargo, puedes encontrar accesorios que son de imitación de piel y que cuentan con precios más económicos. También los hay de plástico, de pieles veganas o de materiales que son transpirables y que ofrecen una mayor comodidad a los usuarios.
Las personas que quieren usar un collar BDSM para probar o jugar en un momento concreto y puntual, pueden apostar por opciones baratas y cómodas que les permitan experimentar sus primeros pasos en estas prácticas, por suerte, hay una enorme cantidad de ellos para todos los gustos.
En cambio, si esta va a pasar a ser una práctica habitual que la pareja quiere integrar en sus costumbres sexuales, es conveniente hacer una mayor inversión y apostar por un modelo de piel que esté muy adaptado a las medidas del sumiso. Esto evitará problemas y otorgará una mayor comodidad, además, durará mucho más tiempo intacto.
Los metales que vienen en los collares de adiestramiento pueden ser de muchos tipos, como los de consideración. En este caso, es muy importante cerciorarse de que esté compuesto por elementos que no van a crear alergias o que sean de mala calidad. Lo mejor, apostar por las materias primas más nobles que nos sea posible, ¡nadie quiere terminar con la piel desteñida tras un tórrido encuentro íntimo!
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Además, podrás visitar diferentes secciones para ampliar tu colección de accesorios BDSM, ¿te atreves a completar el atuendo? No te faltarán conjuntos de dominación de lo más excitantes, fustas y látigos, esposas, e incluso masturbadores de todo tipo para abrir tu mente a las nuevas experiencias, ¡y también tu cuerpo!
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